SALMO DE OCTUBRE 121

Alzaré mis ojos a los montes;¿De dónde vendrá mi socorro?/Mi socorro viene de Jehová,Que hizo los cielos y la tierra./No dará tu pie al resbaladero,Ni se dormirá el que te guarda./He aquí, no se adormecerá ni dormiráEl que guarda a Israel./ Jehová es tu guardador;Jehová es tu sombra a tu mano derecha./ El sol no te fatigará de día,Ni la luna de noche./ Jehová te guardará de todo mal;El guardará tu alma./Jehová guardará tu salida y tu entradaDesde ahora y para siempre.




sábado, 16 de octubre de 2010

EL RETRATO



Me despierto y ni una sola costra se desgaja de mi faz,
taciturno añoro los brazos de mi abuela
en época de lluvia y repetía, No temas a los rayos,
toda tempestad trae consigo el ardor de la calma,
este día abruma a los infieles después del adulterio.

De mis manos caen residuos de sangre.
por el piso veo la pistola
que disparé a quemarropa, aún dormido.

Respiro entrecortado, las pesadillas conjugan con la muerte,
un vaso de whisky, ruptura aparente de la cruel melancolía,
el eunuco con el cual forniqué, dormita en el sueño de una doncella.

Veo el calendario, miércoles de ceniza,
evoco al niño que oía misa para ir al cielo.
repitiendo con tedio el rosario sin dispersar la niebla.
En mí, la autodestrucción se ha vuelto adictiva.
al mundo donde muestro la apariencia de un hombre sin prejuicios.

Los minutos se adueñan de los siglos,
desnudo, bebo un café combinado con alcohol,
las pastillas depresivas el vapor del agua empaña los espejos.

A la hora de afeitarme,
un Cordero se dibuja en la imagen del que no soy,
escribe sobre los vidrios, carcome tu carne,
sin mirar atrás sígueme, lleva tu cruz a cuestas,
abandona el precipicio. Despacio me arranco
llagas, sin pensarlo me ofrezco en sacrificio a la luz.

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